La España de comienzos del siglo XX, desfasada cronológicamente de la Europa del gran capitalismo, generó a comienzos de aquel siglo demandas sociales de menor cabotaje y urgencia que en el resto de los países, pero los riesgos y problemas vitales de las clases trabajadoras españolas, su precariedad de vida, la inseguridad en el trabajo, los riesgos de la salud y de la edad, el paro, no dejaron de presentarse con ritmo cada vez mas acelerado a medida que el país transformaba sus estructuras económicas, hasta llegar a sincronizar con el momento europeo.