En los inicios de los años 60 el estudio del sindicalismo, de la organización de empresarios y de la negociación, imaginaba el futuro como una construcción de un sistema de relaciones entre los interesados que iría afianzando sus reglas y sus prácticas frente a la vida política. En 1988, la perspectiva es ya muy diferente. El sistema se disocia según los intereses en juego, se acentúa la diversidad de situaciones y coyunturas, el conjunto se vuelve mas inestable y menos coherente.